jueves, 30 de octubre de 2014

Abuelita es estafada por su expareja y está a punto de perder su casa

En el distrito de Independencia, una abuela que vive en extrema pobreza y que debería vivir en tranquilidad no lo puede hacer desde hace diez años, cuando se enteró que su única posesión – su casa – había sido vendida por su expareja, Agustín Chumacero Cruz, por ocho mil dólares. Han habido cinco intentos de desalojarla con matones pero gracias a los vecinos no lo han podido hacer. El caso está en los juzgados de Lima Norte.

María Isabel Córdova Rojas, es una piurana de 75 años que no tuvo la oportunidad de ser madre, trabajó sin cesar para construir de a poco su vivienda y ahora derrama lágrimas a diario por la la angustia de que puede quedarse en la calle en cualquier momento. “De lo que ganaba vendiendo comida he construido esta casa. Gracias a mis vecinos no me han podido desalojar”, decía llorosa la septuagenaria, ” No sé a dónde voy a ir”, acotó.

En el 2004 recibió una demanda donde Agustín Chumacero, un hombre que fue su pareja en la década del 60, solicitaba legalmente repartición de los 90 metros cuadrados del inmueble, el cual no tiene ni una gota de sudor de él. “Yo lo alimentaba y lo vestía, después de un año, se fue al norte donde se casó con otra mujer” nos contó María. Este sujeto, vendió la vivienda, sin contar con la firma de María Isabel a , Daniel Gavé Mendoza y quien al parecer sería su “pariente”, según refirió la afectada.
Han pasado diez años de juicios, las sentencias han sido diversas y ahora esperan ir a la Corte Superior donde salga la verdad y la justicia para terminar con el infierno que está acabando con la vida de esta mujer que luchó desde muy joven por crecer.¿Dónde está la justicia para los que son victimas de estafadores? ¿Qué astucias usó Chumacero para poder vender una vivienda que no le pertenece?
La abuela recibe la caridad de los vecinos para sobrevivir. Ella no se amilana y trabaja en una casa cercana donde prepara todos los días el desayuno por un pago de 25 soles semanales, es decir unos S/.100 al mes, de los cuales debe pagar agua, luz, arbitrios, predios y comida.
En su sala sólo tiene un comedor; un pasillo oscuro y frío la conecta con su habitación, ella quiere vivir pero la preocupación hace que fuertes dolores de cabeza la ataquen y la depresión se la está llevando poco a poco. “María es buena mujer, no ha hecho daño a nadie, si alguien puede brindarle ayuda bienvenida es”, declaró su amiga Olga Bravo, una paisana que le da ánimos y fe. Cualquier ayuda legal o económica puede hacerla llamando a la sra. Olga al 015345181.




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